Galvanizado Corrosión

Corrosión

¿Cómo protege el zinc contra la corrosión?

Cuando son expuestos al aire y al agua, el fierro y el acero se oxidan. Un revestimiento de zinc ofrece una triple protección:

PRIMERO

El zinc ofrece un revestimiento resistente y adheriente que impide al metal subyacente tener contacto con el ambiente corrosivo.

SEGUNDO

El zinc se corroe más lentamente que el acero.

TERCERO

Si el revestimiento fuera dañado y expuesto (accidentalmente o a través de corte, perforación), el zinc adherido protege el acero axpuesto (esta extraordinaria propiedad se le llama “protección anódica”).

Una de las características más importantes del zinc es su capacidad natural para proteger al acero frente a la corrosión. La vida y la resistencia del acero aumentan considerablemente cuando está recubierto de zinc. Ningún otro material puede ofrecer al acero una protección tan eficiente y tan rentable. Si no se protege, el acero se corroe en prácticamente cualquier entorno.Los recubrimientos del zinc protegen al acero al crear una barrera física y una protección catódica, gracias a lo cual su vida útil se prolonga indefinidamente.

Los daños provocados por la corrosión exigen reparaciones costosas y que requieren mucho tiempo, según se ha estimado, representan un mínimo de 4% del producto bruto interno (PBI) de un país. Al proteger al acero de la corrosión, el zinc está prestando un servicio incalculable: el zinc ayuda a ahorrar recursos naturales al prolongar la vida útil de productos y de importantes inversiones (viviendas, vehículos , puentes , infraestructuras portuarias, líneas de conducción eléctrica y distribución de agua, telecomunicaciones y transporte).

Esta durabilidad proporcionada por el galvanizado se consigue, además, a un precio medioambiental(en cuanto a consumo de energía y otros efectos) relativamente bajo, sobre todo si lo comparamos con el valor energético del acero que está protegiendo.